El sexo es un aspecto fundamental para el ser humano. No solo es una función básica con el objetivo de reproducirnos sino que implica una experiencia profunda tanto en pareja como individual que abarca diferentes ámbitos. Para muchas personas el sexo es disfrutar, descubrir experiencias placenteras, comunicarse, establecer una relación profunda e íntima con alguien, autoconocerse mejor. Como cualquier experiencia importante abarca además muchas emociones diferentes como es el deseo, placer, amor, ternura, curiosidad, felicidad, vinculación, bienestar, crecimiento…

Así, la sexualidad es algo normal y positivo para la persona. Lo que nos diferencia es como la vivimos cada uno, lo que significa para nosotros y lo que hacemos para tener una sexualidad satisfactoria. Como cualquier otro ámbito del ser humano necesita ser cuidada para que pueda seguir siendo una experiencia plena, independientemente de nuestro género u orientación sexual.

Se ha demostrado que la sexualidad está directamente relacionada con nuestra salud física y mental. Tener una buena sexualidad aporta diferentes beneficios como una mejora del sistema inmunológico, previene enfermedades físicas como las cardiacas, estimula el crecimiento neuronal mejorando funciones como la memoria, combate la respuesta de ansiedad y estrés, mejora la relación de pareja y aumenta la sensación de bienestar, felicidad y autoestima.

A pesar que el sexo es inherente al ser humano durante muchos años ha sido reprimido, se ha considerado tabú y ha arrastrado emociones negativas como puede ser ansiedad, culpa, y malestar. Hoy en día, contamos con una mayor apertura y libertad, pudiendo acceder a información veraz de forma más fácil. Pero aún así, seguimos viendo que no siempre las personas tienen la información adecuada y a veces la sexualidad sigue basándose en mitos y falacias.

¿Cuándo tengo un problema sexual?

Cuando una persona siente que no puede disfrutar del sexo o no se experimenta de forma plena, entonces estamos hablando de un posible problema sexual.

Esta dificultad puede darse porque la propia respuesta sexual no se desarrolla correctamente (no tengo deseo, no puedo alcanzar un orgasmo, me cuesta mantener la erección etc..) o bien porque la experiencia no se vive de forma satisfactoria (no me apetece, me da ansiedad, culpa, me siento inseguro).

Cuando aparece un problema sexual suele acarrear emociones muy negativas tanto a nivel individual (inseguridad, frustración, miedo, malestar) como en la pareja (discusiones, conflictos, distanciamiento, desconfianza…)

Los factores pueden ser:

  • Físicos: causados por enfermedades, fallos orgánicos, endocrinos, hormonales, consumo de drogas etc
  • Psicológicos: emocionales (miedos, vergüenza, culpa), debido a ideas erróneas acerca del sexo, malas experiencias del pasado, expectativas desmedidas, problemas en la relación de pareja, dependencia emocional, baja autoestima.

A veces es difícil distinguir si el problema es solo físico o psicológico ya que son dos sistemas que interactúan y, por lo tanto, es frecuente encontrar causas en los dos ámbitos. Por eso es conveniente consultar a un médico previamente para que pueda descartar o tratar las causas orgánicas.

¿Qué es una terapia sexual?

La terapia sexual trata de hacer una evaluación donde se tendrán en cuenta tanto factores individuales como de pareja para determinar cuál es la causa del problema sexual.

Posteriormente se trata de aprender recursos y estrategias que doten a la persona de formas de resolver su problema y disfrutar de su sexualidad de forma plena.

La terapia de pareja está orientada a mejorar la relación. Hay muchas personas que siguen juntos “por estar” pero de forma insatisfactoria o están encaminándose hacia la ruptura que siguiendo una terapia puede conseguir una mejorar y bienestar en su relación.

Suele ser importante la educación sexual , ya que como hemos comentado anteriormente es frecuente que tengamos ideas negativas, creencias erróneas y mitos que puedan dificultar nuestra respuesta sexual. También suele ser necesario la gestión de la ansiedad y el estrés que puede afectar tanto en la propia respuesta sexual como en la anticipación de miedos e inseguridades.

Cuando una persona detecta que tiene un problema sexual es conveniente que acuda a especialistas ya que se ha comprobado que un tratamiento adecuado produce la solución del problema en la mayoría de los casos.

Los problemas mas frecuentes que se tratan son:

  • Falta de deseo o deseo hipoactivo
  • Disfunción eréctil
  • Eyaculación precoz
  • Eyaculación retardada
  • Anorgasmia
  • Dispaurenia o dolor
  • Vaginismo
  • Aversión al sexo
  • Miedos sexuales
  • Adicción sexual
  • Parafilias